Por Teresa Sánchez Maté
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26 de mayo de 2021
Su trabajo es su pasión y se entrega mucho a cada cliente porque le gusta dar lo mejor de sí misma. Siempre le ha gustado leer y formarse en psicología, inteligencia emocional y temas de programación neurolingüística. Su vida sin compartir no tiene sentido, para ella compartir es vivir, este es su mantra. ¿Cómo comenzaste tu carrera de asesora de imagen? Yo venía desarrollando mi labor profesional en el sector del turismo, sobre todo del ámbito del protocolo, algo muy cercano a las personas con todo lo que eso conlleva. De ahí viene mi pasión por la psicología, por todo lo relacionado con saber estar, con el comportamiento humano, con las emociones… Siempre me ha interesado aprender cómo funcionan, por qué nos comportamos como nos comportamos en determinados momentos, a veces más contentos otras más tristes … En los eventos que he organizado, tanto en el sector turístico como fuera de él me ha gustado mucho cuidar los detalles, la lista de invitados, los espacios. Creo que todo eso es fundamental. He trabajado para instituciones públicas y privadas, Y siempre he cuidado cada detalle de mi trabajo. En uno de esos eventos, un congreso de coaching en el futbol, conocí empresas que trabajaban en la imagen personal y me llamó mucho la atención ese campo de trabajo (algo que ya rondaba dentro de mí). Salí de ahí ya con la idea de formarme y de hacer un Máster. También es cierto que desde que tuve mi hija quería conciliar y estar también con ella y con mi familia, y fue esa suma de impulsos añadido a mi afán creativo lo que me llevó a hacer el Master de Asesoría de imagen para lanzar mi propia marca y empresa. ¿Qué pilares sustentan tu asesoramiento? Lo principal en mi trabajo es hacer sentir bien a la persona: que se reconozca y se conozca y que mejore su autoimagen y su autoestima, que es algo que cuida poca gente o no sabe cuidar, igual la quiere cuidar, pero no sabe cómo. Para mí el asesoramiento tiene que ser personalizado de máxima calidad y excelencia de trato con mi clienta. Hago siempre seguimiento, al cabo de las dos semanas voy preguntando, me van consultando dudas por whatssap que contesto encantada. Poco a poco comienzan a formar parte de mi club de amigos y amigas, es decir tengo una vinculación con ellos muy cercana y muy relacionada con la psicología porque al final cuando te vienen a buscar para generar una serie de mejoras o cambios externos es porque se han producido cambios internos o viceversa o tal vez quieren generar cambios internos y quieren apoyarse empoderándose desde fuera. Ahí es donde nos encontramos y donde me gusta trabajar. ¿Cómo nuestra imagen nos beneficia o perjudica profesional o socialmente? Nos benefician porque ya se sabe la frase “no hay una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión” y claro el tener una impresión de persona excelente, profesional, seria (que no aburrida) siempre ayuda. Seria es que cumples con tu palabra, que sabes lo que haces, que eres profesional, que eres una persona activa, luchadora, dinámica, creativa, que no te rindes…Creando la imagen correcta con los valores coherentes con tu personalidad lógicamente y con tu empresa, ya comunicas con un golpe de vista, por tu forma de hablar, por tu forma de gesticular, los colores que utilizas, por tu tono de voz, por tu estilo de vestir..., ya estás comunicando muchísimas cosas. Sin hablar, sin esforzarte, imagínate si lo haces bien el camino y el trabajo que tienes ganado. Y si lo haces mal, también, estás transmitiendo tu prestigio de marca o de persona, tu reputación, lo cual hará que te cueste más tener una segunda oportunidad con ese cliente potencial, en esa reunión o incluso en esa primera cita. Esto funciona en cualquier momento de tu vida y en cualquier tipo de relación. Además, consigues que te compren más que venderte tú. Lo primero que yo consigo con los clientes es que ellos se compren, si tú consigues comprarte, si tú te comprarías, si te sales un poco de ti y dices, a ver yo veo a Elena con esto o con esto, ¿yo la compraría? ¿a mí me convence? Sí, entonces estamos preparados para poner un precio para vendernos con seguridad. Pero si tú no estás seguro de lo que vendes, no estás seguro de la imagen que transmites, entonces nadie te va a comprar o te va a costar mucho más. Una cosa es vender y otra cosa es que te compren. Lo ideal es lo segundo: hay mucho menos esfuerzo. ¿Qué consideras imprescindible para que haya coherencia entre quienes somos y lo que proyectamos? Tienes que saber qué tipo de cuerpo tienes, sobre todo qué líneas predominan en tu cara y en tu cuerpo. ¿Por qué? Porque está demostrado que a través de la neurociencia nuestro cerebro las interpreta, pues como líneas cercanas si son redondas, líneas angulosas, quebradas, puntiagudas, verticales…, el tono de voz, las líneas de tu ropa, tu pelo, tus cejas, toda esa fusión de líneas hace que las personas tengan esa coherencia entre lo que eres y lo que proyectas porque muchas veces tu puedes tener una imagen muy seria, distante o fría pero tal vez sea nuestra postura corporal o nuestro tipo de rostro o cuerpo y lo estás acentuando por herencia genética, por zona de confort, lo estás manteniendo o acentuando y no lo estás equilibrando porque te sientes cómodo en esas líneas. ¿Qué deberíamos tener en cuenta para de un modo neutral acertar siempre? Neutral sería tener los hombros rectos y la espalda recta. Ambas cosas transmiten seguridad y luego utilizar colores con intensidad, nada de colores descoloridos por lo menos cerca de la cara. Evitar los colores neutros cerca de la cara porque estos te hacen invisible, pasas desapercibido y además pueden interferir en el rostro, dándote una piel apagada, marcándote arrugas, ojeras… El largo de las mangas de las chaquetas o de las camisas igual que el largo de los pantalones que sea en el sitio correcto, que no pase de la muñeca en estado de reposo el brazo y los pantalones que no te los llegues a pisar, que no hagan pliegues o arrugas dobles abajo, que tengan caída natural o bien que vayan por el tobillo más estrechos. Cuidar las plataformas porque desproporcionan o las suelas gordas de goma en el caso de las mujeres y de los hombres. No dan elegancia, no dan seriedad, no pisas con elegancia y entonces no ayudan a tu imagen. .